lunes, 9 de diciembre de 2013

Sonrisas intercambiadas

Si hay algo que definen estos seis meses son las sonrisas pero no sólo las que aparecieron en mi cara sino las que fui intercambiando a lo largo de estos meses con casi todas las personas que fui encontrando en mi camino.

Recuerdo ir paseando por algún pueblo de India o Nepal y ver a alguna mujer u hombre y que, de manera espontánea, intercambiasemos un pedazo de nuestro ser a través de ese movimiento muscular que a veces parece tan difícil, simplemente eso, una sonrisa y nada más, pero cuántas cosas caben dentro de ella!

Hice este viaje por todo y por nada y no esperaba aprender y mucho menos enseñar, pero, al final, en las cosas más pequeñas y sencillas siempre hubo una reflexión y un pensamiento que he ido guardando todos estos meses, pero que, al mismo tiempo, no me han hecho cambiar ni encontrarme a mi misma. Desde luego no vine para eso, toda la vida jugaré conmigo al pilla pilla pero de eso se trata, del camino a recorrer, que siempre sea el mejor posible, plagado de sonrisas.

Aunque sea el último de mis posts en este viaje, otros se abrirán en el futuro puede que mentales o que sean el fruto de conversaciones con la gente que más quiero, pero desde luego esto sólo ha sido el fin del principio.

Namaste!

domingo, 8 de diciembre de 2013

Routadas e Mais Reencontros

Despues de que mi padre se fuese pasé varios días en Lumbini, lugar del nacimiento de Siddartha Gautama Buddha. Aunque no alcancé la iluminación, una bombilla se encendió en mi cabeza y de un día para otro decidí volver a Kathmandu y unirme al grupo de voluntarios (por cierto españoles e italianos) que iban a empezar un proyecto en Taluwa, un distrito en la zona del Everest.

Harian falta muchos post para describir todas las sensaciones: viaje en jeep (para poder llevar todos los materiales y porque las condiciones de la carretera son horribles) de dos días por paisajes increíbles, enferma del estomago durante dos dias, vivir en casas de familias nepalies sacadas de cuento hechas de adobe, con la cocina en un agujero en el suelo, duermiendo en prácticamente tablas de madera y algun dia en el suelo, duchandonos en un pilón al estilo nepali (vas desnuda con una especie de camison que se ata en el pecho, todo un espectáculo!), visitando las escuelitas y las casas de las mujeres en las que participe en el primer diagnóstico sobre sus condiciones de vida (tras mi experiencia en la otra comunidad mi labor principal fue dar una formación a los voluntarios sobre la cooperativa que se quería formar, los training a las mujeres...) Lo mas raro fue compartir ese mundo y vivencias con un grupo de españoles con los que, en un contexto surrealista te ponías a hablar de las cosas cotidianas de tu país. Una vez más conoci a gente maravillosa y tuve como compas "de piso" a un español y un italiano con los que siempre acababa llorando de risa! La despedida en un pueblo cercano (cuyo desplazamiento a pie también fue una odisea) fue el tipico birreo espa-italiano-nepali diurno-nocturno.... (como era casi mi cumple acabaron cantandome feliz cumpleaños en todos los idiomas incluido nepali...)

Y de repente, faltaban dos semanas para volver a España....y tuve, el día de mi cumpleaños uno de los mejores regalos que podría tener: la visita de la Su. Que una amiga tuya y además tu compañera de piso durante tres años en Madrid, viva contigo parte de las experiencias que has tenido durante todos estos meses es un verdadero regalo, que, durante una de tantas charlas le diga: ¿Te acuerdas cuando decidí pedir la excedencia y estábamos en la cocina de casa en una de tantas cenas? Pues aquí estamos en Nepal el lugar adónde me condujo mi elección (palabra que este año ha cobrado un significado muy especial para mí adquiriendo una trascendencia vital).

Y las dos gallegas viajando por Nepal y perdiendonos por las montañas (esta vez hicimos el treking de Gorephani-Poon Hill ampliando el circuito y yendo hasta uno de los pueblos en donde empieza la ascensión al campo base del Annapurna). Las vistas del Annapurna y Dwaliguiri, dos ocho miles fue increíble...y si a la Su la dejase sola se subia al Everest!!!

Después del treking descansamos en Pokhara poniéndonos las botas tanto de comida como de cervezas. Como echaré de menos esos bares mirando al lago de Pokhara hablando de todo y todos!

A medida que pasaban los días veiamos cercano el final y la verdad que las sensaciones eran raras, una mezcla de felicidad presente y miedo al futuro....poder tener a una amiga como ella en mis últimos días ha sido otro regalo inesperado y otro recuerdo imborrable.

Sólo me quedan tres días aqui e intento absorber todo como una esponja, mañana, mi última noche en Nepal la pasare en la Comunidad para tener una verdadera despedida...sólo quedará un post para cerrar estos seis meses pero cuántos otros se abrirán en el futuro!!

Su, gracias por compartirlo!

viernes, 6 de diciembre de 2013

Reencuentros con la tercera fase ;)

Una noche de mayo estando yo de cañas con mis padres, me soltaron la bomba: mi padre vendría a verme a Nepal! Por supuesto, me dio mucha pena por mi madre que no podía pedir vacaciones en esa época y bueno, tampoco es el tipo de viaje con el que se sentiría más cómoda. Me console pensando en los vermuts futuros que nos gusta tomar a solas cuando disfrutamos del placer de una charla madre hija..

En ese momento, veía octubre como un mes muy lejano, pero, de repente, pasaron cinco meses y llegó el día en que mi padre aterrizaria en Nepal: un 18 de octubre aparentemente prosaico pero que para mí fue algo muy especial.

Mi pobre padre además de llevar cuatro vuelos encima, tuvo que soportar más de dos horas de espera para hacer el visado....así que ahí estaba yo con mi café y mi cigarro intentando vislumbrar su cabeza entre la multitud sin resultado. De repente, apareció y bueno, que deciros de los abrazos de los padres y madres): auténticos, completos y reconfortantes (y a mi, que los abrazos me parecen unas de las mejores cosas de este mundo).

Viendo la cara de mi padre que decia claramente: "sacame de aqui ya..."cogimos un taxi para ir a dejar las cosas en la guest house.  El taxi que, (como la mayoria de vehículos en Nepal) debía de haber pasado su última ITV en los ochenta se disponía a arrancar cuando mi padre que iba delante empieza a buscar el cinturón....el taxista y yo muertos de risa claro....Sir, this is Nepal!!! (Aclara el taxista).

Cuando vi a mi padre mirar como loco por la ventanilla mientras íbamos dando algún que otro tumbo por la destartalada carretera, me vi a mi misma cuando llegué a India, cuando vivi una ensalada de sensaciones mezcladas con la pizca exacta de alegria y desconexion. Yo me sentía casi una nepali que enseña a un foráneo su ciudad. La comida posterior, riquisima y, sobretodo, las conversaciones, que, con tu padre, y en un contexto como Nepal siempre serán inolvidables.

Mi padre (al contrario que yo) le encanta planificarlo todo, es médico de vocación pero su hobby es preparar los viajes asi que teniamos un planning completo para los siguientes días y la verdad que todo salió a pedir de boca.

Durante los primeros días recorrimos Kathmandu,  Patán y Baktapur en una suerte de inmersión en la cultura religiosa del pais con sus miles de plazas y templos. Mi padre, al igual que yo, quedó fascinado por la efervescencia religiosa (que no fanatismo), los colores,  los olores,  la agitada vida en las calles....

Pero lo mejor estaba aun por llegar: el treking!! Para los que no lo sepan mi padre en su (primera juventud) hizo escalada y desde siempre ha sido un apasionado de la montaña contagiandonos al resto de la familia....Tengo muchísimos recuerdos de todas nuestras andainas por los alpes y pirineos, pero claro, ahora hablamos del olimpo de los montaneros: las cimas más altas del mundo y las vistas más espectaculares....

Como aperitivo, habíamos disfrutado de un amanecer increíble desde Nagarkot y unas vistas asombrosas desde Pokhara viendo el Machapuchara y el Annapurna entre otros....Pero el plato fuerte aún estaba por empezar.

El treking elegido fue Langtang: en seis días haces un espectacular recorrido subiendo desde los 1.300 hasta los 4.000 metros de altura.
Como ya nos habían avisado lo peor del treking era llegar hasta el punto de partida: Sabrubesy, un pueblo a 170 km de Kathmandu al que llegas en nueve horas en un bus local por pistas de tierra en medio, en alguno de los casos, de precipicios. En estos casos la mente puede ser una buena aliada, nos lo tomamos con calma y disfrutamos casi todo el viaje de la música nepali a todo volumen, el apelotonamiento de gente y algún que otro salto. El conductor desde luego habia sacado el carnet en la escuela de la vida, como manejaba el bus!

Me acuerdo perfectamente de la llegada al pueblo,  justo enfrente de la parada del bus habia una guest house en la cual nos dimos un festin de comida y una ducha caliente que nos dejó como nuevos.

Al dia siguiente nos esperaba la primera etapa: subir más de 1.000
metros de altitud hasta el Lama hotel. El paisaje empieza siendo bosque subtropical lleno de árboles frondosos siguiendo el curso del río, evidentemente si hay que ascender mil metros uno no puede esperar un camino plano y desde luego no lo fue: más de siete horas de cuestas empinadas muchas de ellas en forma de altos escalones de piedra. Si alguno ha leído El Señor de los Anillos (a mi no me gusta ese tipo de literatura pero este libro es un verdadero regalo) entenderá cuando hablo de la escalera de Cirith Ungol o que, de repente, apareciese a lo lejos en el valle Rivendel.

Para ser sinceros iba con un poco de miedo de poder aguantar tantas horas y días con pena de acabar resollando en algún recodo del camino, pero desde el primer momento empecé a gestionar bien el paso (lento pero seguro) y la respiración, además puse en practica una gran verdad: en la montaña llega un momento en que no subes con tus piernas sino con la mente.

En casi todos los trekings del himalaya hay muchas tea houses y lodges donde puedes quedarte a dormir o parar a comer algo y descansar. Dormir es muy barato pero la comida (y el agua) van subiendo de precio al mismo nivel que la altitud.

El segundo día abandonamos el bosque y empezó a aparecer un valle abierto con una vegetación yerma, los primeros yaks y las vistas de las montañas nevadas a lo lejos. Cuando llegamos a Langtang, nos fuimos a tomar un te y pan con queso (increíble) a una pequeña fábrica de quesos, aparentemente no se veía nada porque estaba el cielo completamente cubierto, pero a la mañana siguiente amanecimos con un cielo azul rodeados de montañas, no podría describir las sensaciones de ese momento, de la belleza de aquel paisaje. El resto del día hasta llegar a Kanjin Gomba, la última parada, ya a 4.000 metros, fue espectacular: senderos llenos de chortens (montículos de piedra de oración budistas) y estupas, mujeres tibetanas rezando por el camino, pastores de yaks y a lo lejos las montañas (Langtang Lirun entre otros) esperando nuestra llegada.

El lodge era una pequeña casita regentada por un señor tibetano y sus cuatro hijos. Esa noche (una de las mas frias llegamos a menos seis) la pasamos jugando a las cartas con sus hijos y tres españolas muy majas que conocimos alli. Recuerdo ir fuera a fumar un cigarro y pese a la oscuridad alcanzar a ver las montañas tan blancas, el cielo lleno de estrellas y sentirme como nunca antes me había pasado, tan lejos de todo.

El día siguiente, con otra mañana espectacular con todo completamente nevado y después de desayunar frente al fuego de la cocina, nos dispusimos a subir el Kenjon Ri cuyas vistas a 5.000 metros son increíbles. Empezamos a ascender despacio, en parte por la altitud, y en parte porque habia bastante nieve y en ocasiones hielo. Nos habían dejado unos palos y tengo que reconocer que hacian mucha falta! Me acuerdo, subiendo por la arista de la montaña, de pararme y volver la vista atras: no se escuchaba nada, solo el viento entre las montañas, la vista a mas de 4.000 metros era indescriptible y te sientes muy pequeña al observar las paredes de hielo de algunas montañas y su orgullosa presencia desde hacía tanto tiempo.

Alrededor de los 4.700 metros empecé a encontrarme un poco mareada y por prudencia (es uno de los síntomas de mal de altura) iniciamos la bajada. Normalmente recomiendan un dia de aclimatación y nosotros no lo habiamos hecho. El resto del dia lo pasamos caminando por la zona y haciendo hambre para zamparnos una de las mejores tartas de manzana que he probado en mi vida!!

Recuerdo uno de los días de la bajada en el que mi padre me dijo: ¿te das cuenta?son las ocho de la mañana y estamos caminando por en medio de un bosque en los Himalayas....

Supongo que todos y todas conocéis el buen sabor de la cerveza después de haber hecho un buen examen....o un buen treking....como colofon una super cena con gintonic en Kathmandu tras una llegada después de un bus en el que aún no sabemos como llegamos...

Este ha sido otro de los capítulos que siempre guardaré en mi mente, gracias compañeiro!

domingo, 24 de noviembre de 2013

De un Monasterio budista a la matanza de la cabra

Siempre he sido una persona curiosa, me encanta descubrir cosas nuevas, conocer, empaparme y satisfacer mis eternas inquietudes...

El budismo siempre me ha atraido desde el punto de vista filosófico y cuando tuve la oportunidad de hacer un curso intensivo en un monasterio budista en el valle de kathmandu, no me lo pense dos veces! .

Durante tres dias de repente me vi envuelta en el dia a dia de un monje... Te levantas a las 5 para asistir en el templo principal a la puja (que consiste en la lectura de mantras acompañado de varios instrumentos), luego, una hora de meditacion bajo la supervision de un lama y la mirada omnipresente de un buda cuya presencia imponia a toda la sala. Después de un desayuno (el te tibetano es salado) tenía mi clase de introducción a la filosofía budista: creo que nunca tantas ideas acudieron a mi mente que por supuesto intentaba dar salida en la "tutoria" de la tarde donde otro lama majisimo intentaba responder a todas las preguntas.

Después de la comida (que rica la tupka una especie de sopa con noodles) más meditacion y otra clase de filosofía. Uno de los días dimos un paseo hasta la cima de la montaña donde por primera vez vi los himalayas! Imaginaos el paseo con el lama y su perro hablando de las verdades de Buddha!

En el monasterio vivia Jo una chica australiana que decidió quedarse en Nepal y estudiar tibetano. Durante mi estancia allí hizo las veces de coordinadora del curso y no tuvo a una alumna tan atenta como yo!!

Nada más acabar me fui directa a casa de mi familia que me había invitado a pasar el festival del Dossain con ellos. La tradición es que durante las dos semanas que dura la fiesta se sacrifiquen cabras y búfalos (vacas no, desde luego), y, basicamente se pasen el dia comiendo reunidos en familia Además, el primer dia, se cultiva una planta en un cuarto de la casa a la que sólo tiene acceso el hombre más anciano, el último dia se reune la familia y te ponen la tika en la frente y un poco de la planta (que se llama yamara). Para la ocasión, mis padres me regalaron un kurta y un pantalon hecho por ellos y....ahi estaba yo en la casa con toda la familia (hermanos y tios incluidos) como una más. Normalmente, la tika se va dando del más mayor al más pequeño y siempre acompañado de unas palabras de bendición (en nepali, claro). Mi padre hizo una excepción y me las dijo en ingles: me deseo suerte en mi vida futura, que fuese muy feliz, que se alegraba de que estuviese con ellos y de traer mi sonrisa a su casa, que era una hija más y que su casa siempre seria mi casa.....imaginaos el momento!!!!

Pero todo tiene un punto tragicómico: el dia que pille el bus para volver a la comunidad iba repleto: personas, gallinas, cabras, patos...., una de las cabras puso literalmente su cabeza en mi hombro y estuvo todo el viaje deleitandome con sus balidos....creo que sabía lo que la esperaba...me sentí como en la pelicula del "silencio de los corderos": Clarise porque balaban los corderos??....

Creo que después de estar comiendo cabra tres dias con la imagen del susodicho animal en mi mente mirándome con pena: Mariaaaaa porqueeeeee ha podido con mi espiritu relajado al encuentro de las verdades de Budha que culminan en proveer de amor y compasión a todas las personas y a una misma....y la cabra??

sábado, 23 de noviembre de 2013

Una nepali de cuerpo entero (o casi)

Escribir un post después de más de dos meses en Nepal te facilita una buena retrospectiva de todas las experiencias que has vivido en ese intervalo de tiempo. El problema es, nuevamente, lo subjetivo del tiempo, cómo condensar lo que para mí, ha sido más de un año de vida en aparencia...

Debido a su orografia viajar por Nepal es muy complicado, en muchos casos para hacer 170 kilómetros puedes llegar a tardar casi nueve horas en uno de los buses locales. El Terai, la región sur de Nepal es la zona con más densidad de población, se podría decir que es una extensión de la India, de hecho, mucha gente habla hindi y no nepali (nota: el hindi y nepali tienen la misma transcripción y muchas palabras son parecidas). En cuanto empiezas a ascender el paisaje y la gente cambian completamente. Aunque en Nepal, la mezcla de etnias (además de las castas ya que es mayoritariamente hinduista) es una de sus principales características, en el norte, lo que mas abundan son tibetanos, familias enteras que tras la invasión de China cruzaron la frontera y se asentaron en las montañas, así como los sherpas y la etnia tamang (cuyas facciones son mas parecidas a las mongoles con ojos más rasgados).
Lo mejor sin duda aparte de las increíbles vistas de las montañas son la gente: amables, sonrientes y muy hospitalarios.

Los primeros días me quede en kathmandu en una guest house con unos dueños super majos y aparte de empezar a investigar la ciudad, estuve de relax total descansando después de los intensos días en India. Antes de empezar el proyecto en la Ong, me fui a Bandipur, un pueblo perdido en un valle a medio camino entre kathmandu y pokhara. La llegada fue un poco odisea porque el bus de kathmandu me dejo en la carretera en donde en teoría tenia que coger otro bus que me llevaria a Bandipur. Como no podia ser de otra manera no apareció ningun bus asi que empece a andar cuesta arriba con toda la solana. Después de mas de una hora por fin llegó un bus (lleno de gente) y tuve que ir casi colgada en la puerta de entrada, ahi me dio un bajon de tension (desde que estuve enferma me habia quedado un poco floja) y me metieron dentro en un asiento. En cuanto llegue, Vania un chico super majete me invitó a comer en su guest house: comida casera, cuarto en la azotea con super vistas y vida en familia con el y su mujer Sunita, con charlas geniales por la noche, paseos y caminata de horas hasta un pueblo sacado de un documental de la 2 bordeando los valles....Para empezar mi vida en Nepal no estuvo nada mal!

Después de cuatro días perfectos, con una despedida la noche anterior con dos neoyorquinos hablando hasta las tantas en la azotea estrellada con cervezilla fresquita, volvi a Kathmandu. Durante tres dias tuve el curso de formación de la ong con otros voluntarios: budismo, hinduismo, cultura e idioma nepalies y, por supuesto, la planificación de mi proyecto.

En algunas ocasiones me he sentido de vuelta en mi Erasmus, haciendo grupo con Max, Emilie y Angela de Francia y UK. Después de estar un mes viajando me apetecía volver a vivir algun tiempo en un sitio y, sobre todo, volver a trabajar en un proyecto. Todos los voluntarios viviamos en familias en la zona donde se desarrollaba el programa: Jitpur Phedi, un distrito a nueve kilómetros de Nepal. Mi familia vivia concretamente en Thulagaun una de las comunidades del distrito.

Poder vivir con una familia y conocer de cerca su forma de vida ha sido una de las mejores experiencias que he tenido.

En Nepal normalmente se suele llamar a las personas por hermana/o, padre, madre dependiendo de la edad y el tipo de relación que tengas. Desde el primer momento ya tenia un padre y una madre nepalies (ama y bwua), una abuela, cuatro hermanos,  un perro, una tortuga,  un conejo, una cobaya y una vaca....si! Parece un párrafo sacado de "Mi familia y otros animales" de Durrel.

Alrededor del 80% de los nepalies viven de la agricultura y la ganadería. Las tierras suelen pasar de padres a hijos por tanto son de propiedad privada aunque también hay tierras comunales del Gobierno.
Por ley, las mujeres pueden ser propietarias de tierras pero no suele funcionar en la práctica. Una de las razones (por lo que pude averiguar) es que las mujeres en cuanto se casan (la media está entre 18 y 21 años) entran a formar parte de la familia del marido y, por tanto, para preservar la unidad de la propiedad familiar las tierras pasan a manos de los hijos.

Todas las mañanas me levantaba a las 6.30 de la mañana y me tomaba mi te con leche (soy verdaderamente adicta). Mientras, mi ama cocinaba el dal bhat (arroz con lentejas) y tarkary (verduras con especias). Entre mi nepali y su ingles haciamos por entendernos y asi estabamos de charleta mientras la ayudaba a cortar la verdura o fregar los platos. Es muy curioso como cortan las verduras, con un hocin en vez de con cuchillo, sentadas en el suelo y apoyando el mango con el pie. A veces también aparecía la abuela: su cara surcada de arrugas cuenta una historia de muchísimo trabajo, ahora se dedica a descansar y pasa la mayor parte del tiempo en casa. Me acuerdo una mañana que estaba tamizando las lentejas y la empecé a ayudar: me soltó un discurso en nepali del cuál entendí tres palabras pero me rei, se rio y así pasamos el rato.
Antes de irme a trabajar se reunia toda la familia y comiamos el arroz con verduras. Esta riquisimo,  es muy sano y nutritivo pero reconozco que al principio cuesta meterse ese plato a las 9 de la mañana (más de una vez me acordé de mi pan con tomate y queso fresco que suelo desayunar....). Por cierto comer con la mano (la derecha, que la izquierda esta reservada para otros usos...y yo soy zurda!) me encanta!

Desde el primer momento me involucre mucho en la familia intentando pasar tiempo con ellos: desde ir a plantar verduras como pelar las mazorcas de maiz a cortar hierba (en donde me picaron dos sanguijuelas que asco!!). En esos momentos constate algo que ya sabia: tengo cero idea del campo pero eso si me encanta vivir en el!!!.

Las semanas pasaron volando en una pseudo rutina metida de lleno en la comunidad aunque los viernes solia ir a kathmandu a por una cerveza y una ducha caliente.

Después de cuatro años desde el proyecto de Tanzania, me alegre un monton de volver al terreno tanto en India como aqui, en Nepal. Desde luego no quiero idealizar la ayuda en terreno ni las Ongs que estan dentro del proceso: es un mundo de grises con claros y oscuros. A nivel personal es siempre una experiencia, me fui de alli llena de imagenes y de muchas lecciones aprendidas, una vez más te vuelves a sentir pequeña y no dejas de pensar en el mundo al que supuestamente perteneces lleno de falsos ornamentos....

La ong con la que colaboré lleva casi siete años en la Comunidad realizando un proyecto de desarrollo integral, abarcando areas desde la salud y educación hasta la puesta en marcha de una cooperativa de mujeres y planes de generación de empleo y talleres de formación.  En términos generales, el planteamiento es bastante bueno porque parten de una concepción de dar formación y herramientas facilitando la puesta en marcha de iniciativas de mejora pero centrando a las personas del lugar en los protagonistas de su propio desarrollo.

Mi proyecto principal fue iniciar una evaluacion para medir el trabajo de la ong sobre el terreno. Para ello, mi compi Lila y yo preparamos un cuestionario y fuimos de casa en casa preguntando a las mujeres. Gracias a ello pude conocer su forma de vida, sus familias y hacerme una foto del entorno: brutal!!!. Ademas, dimos un taller de derechos humanos y género y un cursito de inglés (en un granero, sin duda, el mejor entorno del mundo!!).

Y, de repente, unas pequeñas raices aparecieron uniendome con este país.

sábado, 12 de octubre de 2013

EL COMIENZO

Y de repente, un 7 de Septiembre, estaba en el aeropuerto de Delhi con una sensación rara (bueno es que era temprano y casi no había dormido porque la noche anterior habia sido mi despedida), me estaba yendo de India....de repente fui consciente del significado de la frase.

Nunca me han gustado las despedidas, tienen un componente amargo, pero enseguida me recuperé pensando que aún me quedaban tres meses en Nepal....

Cuando estaba en el avión sobrevolando Kathmandu y, de repente, empecé a ver las montañas,los valles y las casas, mi sonrisa se ensancho un poco más si cabe y, tengo que reconocer, me cayeron dos lagrimones de pura emoción, en unos minutos iba a aterrizar en Nepal, en mi mente solo cabía esa palabra que la deletree con fruición como si fuese un caramelo muy dulce, ya no era un sueño, era una realidad, esa realidad buscada desde hacia mucho, y de repente,  supe lo importante de las decisiones, de la decisión que me había conducido hasta allí.  Había llegado, al principio del todo.

domingo, 6 de octubre de 2013

NAMASTE INDIA

Y....de repente llegó la última semana en India y mis tres meses fuera de España....¿Qué subjetivo es el tiempo no? Para mí era como si hiciese ya un año que estuviese allí, ya lo he comentado que una hora en India son tres días en España, asi que a multiplicar!

Nepal era y es mi sueño, desde hace mucho estaba de favorito en la eterna lista que todos hacemos de "que países quieres visitar antes de morir..." India, estaba entre mis favoritos aunque en posiciones inferiores a Nepal y, sin embargo,superó con creces mis expectativas, no sólo el país sino la química que nació entre las dos, lo bien que me senti y adapte y poder haber vivido realmente allí.

En mi última semana hice la última ruta por el Rajasthan: Udaipur-Ranakpur-Jodhpur y vuelta a Delhi lo que implicó dos trenes de más de diez horas y un maravilloso bus de cinco horas iniciales que al final fueron ocho (this is India...) todo eso condensado en seis dias...., ¿Qué os puedo decir? En un viaje que esta vez hice completamente sola, mi dosis de felicidad siguió subiendo, me encantó la sensación de total independencia, de no parar de moverme de un sitio a otro, de decidir dónde, cuándo y por qué a mi gusto, y, por supuesto, de seguir disfrutando una vez más de los paisajes, los templos, la comida, las vistas, los atardeceres, los paseos, (esta vez en bici rescatada de la serie Verano Azul, misma edad y características), las conversaciones con otros viajeros, con la gente de alli, en fin, de... ¿vivir?

Se que nos volveremos a ver, y al igual que las verdaderas amistades nos echaremos de menos mutuamente, cuando surge la química entre dos elementos es difícil que esta desaparezca. 

India, ha sido un placer, gracias!